Fe y Crucifixión

Negación Constante


Otro de  los acontecimientos notorios que ocurren alrededor de la Pascua que involucra a un discípulo de Jesús es el que las Escrituras titula: “La Negación de Pedro”.

Simón, Cefas, Simeón  o Pedro es, quizá, el discípulo más sugestivo del círculo íntimo de los 12 de Jesús. En ocasiones era un hombre que recibía grandes revelaciones, reconocidas por el mismo Jesucristo, como el caso de su confesión: Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos”.(Mateo 16:16-17, versión Reina Valera 1960).

Sin embargo, a lo largo de los tres años que compartió con Jesús se destacó más su carácter precipitado.Este era conocido por su maestro, Jesús, quien durante la cena de la Pascua, le comunicó que había rogado por él, para que, durante las dolorosas y confusas horas que vendrían no le le faltara la fe.

Grabado que representa a Pedro

No obstante, su impetuoso carácter, le hizo responder a Pedro: “Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte”. (Lucas 22:33, versión Reina Valera de 1960), y es justo en ese momento cuando Jesús anunció la negación de Simón.

De todos es conocido que las palabras proféticas de Cristo se cumplieron; Pedro lo negó  tres veces.

Esta negación, me ilustra parte de lo que es la debilidad humana. Cuando leo en las Escrituras sobre este momento, puedo observar que Pedro es de los pocos que decidió seguir a Jesús y sus captores. Sin embargo, su valentía tuvo límite, cuando se vio acorralado por diferentes personas que le reconocieron. Su temor le controló y negó tres veces a Cristo.

Esta historia tuvo un final feliz. A pesar de la cobardía de Simón, Dios se tomó un tiempo especial para Pedro: Cuando las mujeres encontraron la tumba vacía el ángel les dijo: “Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo”. (Marcos 16:7; Reina Valera 1960), luego, Jesús ya resucitado, le hizo una visita personal como se nos dice en Primera Carta a los Corintios 15:3-5 “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce.”

Al meditar en esto, veo, otra vez  un reto, porque yo puedo negar la resurrección de Jesús, puedo contradecir los hechos una y otra vez, no obstante, es la Fe  lo que necesito para ser una discípula de Cristo, algo que para todo escéptico es locura.

Pero, para nosotros que ya hemos reconocido los hechos, el reto es, que con  nuestro actuar afirmemos que Jesús murió y resucitó y esto deben ser una constante en nuestra vida.

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